Despierta, se levanta, desayuna.
Se pone el traje negro, la camisa blanca. Besa a su esposa y sale. El sol está
radiante y el hombre sonríe mientras camina hasta el trabajo. Entra por la puerta giratoria. Se refleja en los cristales sin
reconocerse.
El brusco mecanismo de la puerta
lo expulsa al exterior. Mareado levemente por la rápida inercia del eje,
regresa por la otra acera. La luna llena le entristece. Su mujer se ha marchado.
Cuelga la camisa negra y el traje blanco en el armario. Cena, se limpia los
dientes, se acuesta. Y sueña.
Pablo Vázquez Pérez
Lo cierto es que cada vez veo más tonto esto de hacer el corta y pega de microrrelatos enviados a concursos como el de la Cadena SER de este verano. El tema aquí eran peatones y se me pasó por la cabeza esta marcianada y me quedé a gusto, eso sí. Hay un nivel muy bueno por internet de muchos blogs que escriben personas que lo hacen estupendamente y por una parte es entretenido, porque son buenas historias y bien narradas. Pero por otro cansa esto de echar microrrelatos que se han quemado como este. Quizás va siendo hora de volver al formato bitácora y pasar de los micros, que los hay muy buenos por ahí fuera...