6 mar 2009

WATCHMEN Y ASOCIADOS

Se acaban de estrenar dos películas en las salas de cine que en ambos casos son adaptaciones de obras publicadas en libro y comic. Una es A ciegas (dir.: Fernando Meirelles), basada en la novela Ensayo sobre la ceguera de José Saramago y la otra es Watchmen (dir.: Zack Snyder) basado en el comic del mismo título escrito por Alan Moore y dibujado por Dave Gibbons; y hasta aquí los datos que puedan servir para jugar al Trivial.

Visto el párrafo anterior, está claro que no coinciden los autores de los libros originales con los directores de las películas, así que nos esperan varias noticias en televisión, radio, prensa e internet, además de todos los listillos (entre los que me incluyo) hablando sobre qué es mejor; si el libro o la película, si el tebeo o el film.

Partimos de una novela y un tebeo que pueden ser buenos, pero tampoco nuevos, porque en el caso de Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago, escarbando en su argumento más básico, no añade nada nuevo que no dijera Platón en el mito de la caverna. Y sin desviarnos mucho de la Grecia antigua, Watchmen es otra historia sobre humanos cuestionando a los dioses. Así que podemos partir de que incluso estos dos libros reconocidos y premiados, no son originales al completo, un hecho que nos puede ayudar a comprender todo lo que sigue a continuación.

TODOS HEMOS SIDO ADAPTADORES

Hagamos memoria... Cualquier tarde al volver del colegio y dejar los libros y el estuche sobre la mesa, mosqueados porque teníamos que dibujar un mapa de España con los sistemas montañosos o redactar un trabajo de varias páginas acerca de la vida de las plantas, o componer unas estrofas con rima, aparte de los demás deberes de matemáticas, lenguaje y otras materias.

Después de retrasar algunas horas lo inevitable, nos enfrentábamos a la verdadera tarea de dibujo, ensayo o poesía, con la solución que parecía más rápida: copiar o fusilar el trabajo encomendado.

Calcando con la hoja sobre el mapa en cuestión o apoyados en la ventana al trasluz si era de día todavía; copiando párrafos de la enciclopedia versando sobre la polinización; cambiando rimas consonantes por asonantes y amor por comida. Desde ese momento ya nos convertimos en adaptadores de una obra publicada, sin conciencia de hacerlo y con desparpajo o estilo. Los zurdos cambiando los puntos cardinales. Los chistosos dándole ritmo a raíces y plantas. Los glotones enamorándonos con sus recetas en pareado.

Queda mucho por tratar sobre la adaptación de novelas, obras teatrales, poesías, comics, canciones, videojuegos, artículos de prensa, enciclopedias, diccionarios. Y de su tratamiento en cine, televisión, radio, ordenadores y consolas de videojuegos, o móviles, que por medios audiovisuales hay más de uno.

Todavía no he leído Ensayo sobre la ceguera, lo cual no me deja crédito para opinar. Y sí he leído Watchmen, el comic, aunque viendo las imágenes promocionales se intuye que es una traducción del comic a imágenes, y traducir es una labor diferente a la de adaptar. Si no que se lo digan a las empresas de electrodomésticos con sus increíbles libros de instrucciones de difícil comprensión.